Y es lo que hace especial esta vida.
Siempre concentrados en nuestros guiones y en lo que nos toca decir en la siguiente escena. Y a veces mediante algún impulso te desnudas e "improvisas", te olvidas del guión y de lo más adentro de nuestra esencia, brota nuestro "yo auténtico"... y es cuando nos descubrimos ante el resto, ante nosotros.
La película: El hijo de la novia, él es Héctor Alterio y en esa escena (de las mejores que he visto) improvisa dejando al equipo entre lloros y aplausos con un silencio emotivo antes, cuando acaba la escena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario