lunes, 18 de abril de 2011

Bon Iver



Este Invierno pasado he descubierto, o me han hecho descubrir, uno de los mejores discos que he escuchado en mucho tiempo. Él se llama Justin Vernon; Bon Iver su banda actual. Fue en un Invierno cuando éste barbudo de voz quebrajosa empezó a crear sin premeditación alguna For Emma, forever ago.

Después de una ruptura amorosa, de la disolución de su banda y de un mal momento de salud, Justin decidió alejarse a una cabaña con nada más que su guitarra y sus ganas de estar solo. Estuvo tres meses, ¿Qué hizo? ¿Se emborracho y se ahogó con su propio vomito? ¿Sobredosis? ¿Se corto las venas? ¿Se tiró en el sofá afligido por su mal momento personal?. No, no, no y quizás. Lo que sí hizo fue canalizar todo ese dolor a través de unas canciones en las que nada más escucharlas se entiende todo ese sufrimiento. Sufrimiento que transformó en una maravilla para todos los sentidos (La lacerante Skinny love) e incluso para el alma (Re: Stacks). 

Y era otro barbudo al que cuando se ponía la bufanda y la cazadora para salir en este Buen Invierno le sonaba este disco siempre.




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